Los usuarios de comercio electrónico están expuestos a una variedad de amenazas, desde correos electrónicos engañosos hasta suplantación de tiendas, productos inexistentes, solicitud de datos personales y métodos de pago poco comunes. Estas estafas tienen como objetivo infiltrarse o dañar un ordenador sin el consentimiento del propietario. Los piratas informáticos recopilan información bancaria y personal a través de la técnica conocida como e-skimming o web skimming. El adware es otra amenaza común en el comercio electrónico, que muestra publicidad engañosa y abusiva con el objetivo de recopilar información de los usuarios.
Esto se puede recibir a través de programas de mensajería instantánea o redes sociales. Los usuarios también deben estar atentos al desfiguramiento de sitios web, que busca engañar a los usuarios para robar información, datos e infectar los dispositivos. Por último, la disparidad en inversión en el mercado digital expone a las empresas y consumidores a potenciales amenazas. Una de ellas es la complicación para posicionar la tienda en línea dentro de los motores de búsqueda, ya que los cambios constantes en los algoritmos pueden afectar los rankings.